Sin llegar a la especialización que ofrecen otros aviones, el MC DONNELL DOUGLAS F-18 -HORNET- (C.15), constituye un extraordinario sistema de armas con gran capacidad de evolución y capaz de cumplimentar tanto misiones aire-aire como aire-superficie con gran eficacia y alto nivel de disponibilidad.
El Harrier, avión de despegue y aterrizaje V/STOL o vertical, ha sido durante más de 20 años buena muestra de la tecnología aeronáutica avanzada. El diseño del Harrier le permite prescindir de las pistas de las bases aéreas y puede despegar desde cualquier lugar gracias a las toberas de ángulo variable, que le permiten mantenerse estático en el aire, e incluso ir hacia atrás. Esto hacen de este fascinante cazabombardero, pese a no poderse comparar con los demás cazas en cuanto a velocidad máxima y autonomía; uno de los aviones de combate más versátiles. La gran potencia de su motor, y sus reducidas dimensiones le confieren una maniobrabilidad excepcional.
El shockwave alrededor de un jet supersónico como el F-14 Tomcat de la imagen puede comprimir el aire hasta tal punto que el ambiente de humedad se forma una nube.
La singularidad de Prandtl-Glauert es un punto en el que ocurre una caída súbita de la presión del aire y se considera generalmente como la causa de la nube de condensación visible que aparece cuando un avión atraviesa la barrera del sonido cuando la humedad del aire es suficiente.
En el año 2003 alguien tuvo la idea de enfrentar el Eurofighter (el caza pesa 11 toneladas) con el Ferrari de Schumacher (sólo 600 kgs de peso). El resultado fue de lo más emocionante. Un por entonces hexacampeon del mundo subido en el mejor coche de Formula 1 del momento frente a un piloto y astronauta italiano subido en el mejor cazabombardero del momento, enfrentados en una recta con un solo fin: medir su aceleración, divertir a los presentes y por supuesto, pasárselo bien.
El reto constaba de 3 carreras: en la primera se recorrerían 600 metros, donde el Ferrari, superó al cazabombardero por 2 décimas: 9,4 segundos para el F2003, 9,6 segundos para el avión. En la segunda se recorrerían 900 metros, el avión supersónico tendría más “tiempo para reaccionar”. Resultado: En la última, de 1200 metros, todo pintaba mejor para caza. 14,2 segundos tardó en recorrer los 900 metros el EF, mientras que el bólido los recorrió en 16,7. Finalmente y como era previsible, el pájaro volvió a batir al caballo en los 1200 metros, empleando 13 segundos el primero frente a los 13,2 que empleó el segundo.
La tecnología punta del asfalto frente a la tecnología punta del aire. Eurofighter 2 – 1 Ferrari. Realmente curioso.